jueves, 9 de octubre de 2014

Descansa en paz, pequeño Excalibur

Tenías doce añitos, bastantes para un perro, pero muy pocos para un humano, y aunque no eras muy grande, seguramente el amor y cariño que le dabas a tu familia sí que era enorme. Puede que hasta estos días no se haya hablado mucho de ti y sólo unos pocos te conozcan bien, aun así estoy segura de que eras un perro genial tanto dentro como fuera de casa, e incluso juguetón a pesar de tu edad.

Dudo mucho que para un perro sea agradable ver cómo sus dueños se van dejándole comida y agua suficiente, pero solo, y encima tras pasar por ello una mañana te despiertan las voces de la calle. Los perros, al igual que los gatos,  sois curiosos, y por eso saliste a la terraza varias veces a lo largo del día, para saber qué narices pasaba en la calle, porque se estaban gritando entre ellos.

Sigo dudando que el día fuese agradable, pero de lo que estoy segura es que cuando viste que por fin alguien abría la puerta de tu casa tu ánimo se levantó de golpe, pensando que eran tus preciados amos. Lamentablemente no eran ellos, y de repente todo acabó para ti. Incluso esa soledad que sentías.

No te voy a contar todo lo que te pasó después, porque quiero que seas feliz estés donde estés y que comas ricos huesos para perros, pero hay una cosa que sí diré: si hubieses sido tan peligroso como decían, los policías que te sacaron del edificio hubiesen llevado mucha más protección que una simple mascarilla. Muerto no significa sin virus, ¿no?

Estas palabras te las dedico a ti, y dudo que sea la única que piense así, pero al final no pudimos salvarte. Sin embargo, hay algo que sí podemos hacer en tu honor y que es muy sencillo…

Muchos seguimos en la red el caso de Excalibur e incluso participamos con los hagstags que se crearon, mostrando así nuestro descontento frente a la idea de sacrificarlo. Lo último fueron las firmas, que la verdad para poco sirvieron… Pero al igual que su dueña es un caso en España mientras que hay muchos infectados más por el virus en el mundo, Excalibur es un perro que ha sufrido las injusticias de la vida (tampoco quiero entrar en temas que no son necesarios), como un montón de perros más en España.

Si no es cada día, cada mes fijo que hay varios casos de abandono en los que muchas veces las protectoras no dan abasto. Si tienen ‘suerte’, pasan de la calle a una casa de acogida o a una perrera gracias a estas protectoras Sin embargo no siempre tienen esa ‘suerte’ y acaban en perreras en las que serán sacrificados al poco tiempo si nadie decide adoptarlo.

En las casas de acogida tampoco están perfectamente, ya que no es una familia definitiva para el pobre animal y en muchas ocasiones son temporales. Y si van a una perrera o acaban muertos por enfermedad o por la edad si la protectora consigue que no sea sacrificado.

Con esto quiero decir que tenemos que seguir protegiendo a los animales que están en perreras y abandonados. También es una injusticia que esos pobres acaben sacrificados, y además estoy segura de que se sienten solos. Como el pobre Excalibur en el piso durante sus últimos días. Hay muchas formas de hacerlo, contribuyendo económicamente con donaciones, adoptando, siendo casa de acogida, o simplemente difundiendo los casos.

Mucha gente fue a la casa para impedir que entrasen, otra tanta se preocupo por el perro o firmó las peticiones, pero pocos cogerían y adoptarían a un pobre perrito que tiene que estar en una jaula casi todo el día, que puede enfermar y seguramente lo hará, que siente la misma soledad que Excalibur. Lo que quiero es que os paréis a pensar un rato sobre el tema, porque no es un único perro el que ha sufrido una injusticia. Hay miles de perros que la han sufrido también, y otros tantos que esperan encantados una simple caricia, y que alguien se lo quiera llevar a casa para compartir la vida con él.

Porque no es sólo por Excalibur. Hay que luchar por todos esos pequeños que esperan por una vida mejor.

Para acabar me gustaría decir que Excalibur, aunque sea olvidado en dos días, estará en los corazones de sus dueños y en el de muchos de nosotros que le recordaremos.