domingo, 15 de diciembre de 2013

Bloodclaw Noah: La pesadilla de Jeff The Killer

“Última hora:

El pasado lunes sucedieron una serie de asesinatos. Las características de estos eran muy similares: todos los cuerpos se encontraron con la lengua cortada, sentados con su cabeza en el regazo y con marcas de arañazos en el pecho que podrían ser de garras. Lo más significativo es la frase escrita en la pared de la escena del crimen que dice: Jeff, voy a matarte.”


Hola. Mi nombre es Noah, tengo 18 años y vengo a contaros mi historia. Yo era un chico normal en una ciudad corriente, con amigos normales. A mis colegas y a mí nos encantaban los creepypastas en general, aunque mis favoritos eran los de Jeff The Killer y el de Homicidal Liu. Obviamente, la gente nos tomaba por raros en el instituto, y alguno que otro se metía con nosotros.

Jake y su pandilla eran unos de esos idiotas que lo hacían: era la típica panda de ‘chicos malos’ con navajas siempre encima, de esas que se retaban a ver quién aguantaba más con una cerilla encendida en la mano, y ese tipo de cosas. No sé cómo a esas alturas no los habían detenido, ya que el día en el que sucedió mi historia descubrí que consumían cocaína.

Jimmy era mi mejor amigo. Crecimos y vivimos juntos en el mismo barrio... pero esos desgraciados acabaron con él... así que me encargue de ellos.

Jimmy y yo estábamos hablando de los nuevos creepypastas que habíamos leído en el fin de semana cuando Jake y sus dos "compinches de confianza" se nos acercaron:

-No se para que leéis esa mierda... ¿pasar miedo? eso ya os lo causamos nosotros.

Uno de ellos se lanzó contra Jimmy y le propinó un codazo en la nariz, partiéndosela. Me quedé paralizado ante tal brutalidad gratuita, así que el otro me agarro por el cuello de la camiseta. Acto seguido, como por un resorte y casi instantáneamente, agarré su mano y empecé a retorcérsela. El chico empezó a gritar, él sabía que si sus dos amigos no lo ayudaban, iba a romperle la mano. Sin embargo, y contra toda lógica, Jake se quedó mirando emocionado por lo que iba a hacer, y agarró a su compañero para que no interfiriera. Finalmente no pude evitar romper la débil muñeca del chico, que crujió con un sonoro chasquido, dejando su mano literalmente colgando, separada del hueso del brazo. Haberle roto la muñeca a ese tio era tan reconfortante...

Tras eso, Jake me dijo que la próxima vez que se enterara de que leía esa mierda, él mismo me reventaría la cabeza.

Pasaron los meses. Jimmy se puso mejor de su nariz rota, y del chico de la muñeca, pues sinceramente no tengo ni idea. La historia de Jeff The Killer cada vez me gustaba más. Quería matar a Jake, pero la moral me lo impedía. "Es un creepypasta, no es real" me solía decir. Una tarde, jugando con mi hermano en el patio de casa, Jake apareció de nuevo, junto a dos chicos más, con bates de béisbol. Jimmy estaba detrás de ellos, atado y de rodillas, con una brecha en la cabeza, sangrando abundantemente.

-¿Qué le habéis hecho hijos de puta?

-Oh, nada en especial, solo le hemos abierto la cabeza y meado en su herida.

Ese tipo estaba loco, sin duda. Sin darme tiempo a reaccionar tras sus palabras, balanceó el bate violentamente y le reventó literalmente la cabeza al que era mi amigo hasta ese momento. Permanecí inmóvil, aunque mi ira se había desatado.

-Matadlo.- Ordenó Jake emocionado.

Sus dos compañeros se abalanzaron sobre mí. Mientras uno me aguantaba, el otro me propino un batazo en la cabeza. Me dio de refilón así que solo me abrió una brecha. Conseguí zafarme de ellos, luego me llevé la mano a la herida y empecé a reírme. Me había vuelto loco. La sangre me corría por el pelo negro largo y por mi cara.

-Miradme, ahora mi sangre forma mi pelo, me encanta.

Los dos chavales se abalanzaron de nuevo. El chico que me había agarrado sacó una navaja y se dispuso a clavármela en el estomago. Por acto reflejo, puse el brazo y la navaja se me quedo clavada en éste. Ya no sentía dolor. La ira y la locura me movían. Saqué la navaja de mi brazo y le corté el cuello, dejando que se desangrara. El otro chico, el del bate, se me lanzó. Lo esquivé fácilmente, con una agilidad propia de un asesino, rompí sus brazos y luego le clavé la navaja en el ojo y se la incruste bien. Si tuviera la katana de acero decorativa que tengo en mi cuarto… me habría lanzado a por Jake. Aun así, Jake se abalanzó contra mí, bate en mano, directo a mi cabeza. Conseguí pararlo, luego le di un fuerte golpe en el hueso de la nariz, hundiéndoselo en su cabeza

-¿Ahora quién mata a quién? ¿Ves cómo morir es divertido?

Justo después de decir esa frase, coloqué los cuerpos de forma que pareciese que se habían peleado. Y a mi me dio tiempo de entrar en casa antes de caer inconsciente en el suelo.

La policía encontró los cuerpos. Uno de la pandilla de Jake llevaba una bolsita de cocaína en el bolsillo, así que se supuso que se estaban peleando por ella. Por otro lado, yo me desperté en el hospital, con la cabeza y el brazo vendados. Me dijeron que llevaba una semana en coma. La policía vino a investigarme, les conté que estaban haciendo algo a escondidas y cuando me descubrieron espiándolos me dieron una paliza. Me creyeron, pero aun sentía ganas irrefrenables de matar... la ira contenida en todo estos años tenía que salir de alguna forma... y yo cada vez estaba más loco.

Tras un mes hospitalizado, me dieron el alta. Mi amigo Jimmy, como os podéis imaginar, murió en el acto. Yo, cada vez más, tenia ganas de matar algo. Mataba perros y gatos callejeros y ratas, e incluso maltrataba de mala manera a mi hermano pequeño, pero eso me hacía sentir bien.

Un día estaba mutilando a una rata en un callejón cuando una sombra apareció detrás de mí. Me resultaba familiar. Cuando conseguí diferenciarlo, quedé mudo. Era él...

-Vaya, vaya, vaya, tenemos aquí a un joven psicópata. Estuve presente en lo bien que te lo pasaste con tus amiguitos hace unos meses.- dijo con una sonrisa siniestra.

-T....tú..... ¿E…eres real? ¿Qué quieres de mí?

-¿Qué te parece si te dejo mi legado? Así harías lo que te gusta y además serías tan hermoso como yo.

-No.

-¿Cómo?

-Que no.

-Ah... no... no te confundas, no te lo estoy pidiendo, te lo estoy exigiendo. Nadie le niega nada a Jeff The Killer, ¿verdad?

-Me da igual lo que me digas, no seguiré el legado de nadie... Crearé mi propio legado. -Una risa de psicópata desbordaba de mi boca. -Y te mataré Jeff... lo juro... me convertiré en creepypasta igual que hiciste tú.

-Que así sea, Noah, go to sleep-. Tras eso, Jeff se dio la vuelta y salió de la calle.

Volví a casa. Me pasé todo el día en el garaje afilando la katana de mi cuarto. Esa sería mi arma. También afilé las uñas de una garra de acero que pedí por Internet hacía poco tiempo, comprada para un disfraz.

Cayó la noche, estaba cansado así que fui a dormir. Estaba en ese estado que la gente conoce como vigilia cuando oí un ruido. Me sobresalté y me incorporé. En ese mismo instante, escuché las palabras que terminaron de desatar mi locura:

-Go to sleep.

Súbitamente, Jeff cayó encima de mí con un cuchillo jamonero en la mano y se dispuso a clavármelo. Por acto reflejo, puse el brazo, cortándome así la mano de un solo tajo.

-¿No te duele? ¿No quieres ser tan hermoso como yo?

-Ya te dije que iba a serlo todo más que tú.

Me quité a Jeff de encima como pude, aferré bien la katana del cabecero de mi cama con la mano que me quedaba y le di un tajo a Jeff en el pecho.

-Vaya vaya... acepto el reto. -Empezó a reírse de forma siniestra y continuó -El día que nos encontremos en casa de una víctima, te mataré.

Acepté sin pensar. Jeff se asomó a la ventana, dispuesto a marcharse.

-Ah, novato, no te olvides de quemar la casa si no quieres que te descubran.- Dijo antes de salir.

Fui al cuarto de baño y me miré en el espejo. Aun había algo en lo que no era mejor que Jeff: No era más hermoso. Con la misma katana, me corté los labios de la boca y me los arranqué, dejando los dientes al descubierto. Después me arranque los parpados para estar siempre alerta y finalmente, me eché lejía en el pelo para que se me destiñera. Me miré al espejo satisfecho. Ahora sí que soy hermoso. Me dirigí a mi cuarto y puse la garra afilada en mi mano con unos tornillos que había encontrado en el garaje, luego asesiné a todo ser viviente en mi casa y le prendí fuego.

Bloodclaw Noah ha nacido, tiene sed de venganza y va a por ti.

Te mataré, Jeff The Killer, y mataré a más gente que tu.

1 comentario:

  1. no manches ue perron
    Quiero q me pase algo asi....
    Saludos :D

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